En el imaginario social, la adolescencia se presenta como una "etapa" menospreciada, temida e incomprendida. No obstante, transitar la adolescencia es una posibilidad de devenir sujeto, sin perder de vista que esta involucra una serie de cambios físicos, psicológicos y sociales que frecuentemente son vivenciados como duelos, tanto para la persona adolescente como para su familia.

La adolescencia es un momento donde se entrecruzan una serie de demandas con respecto al ser, estas pueden desprenderse desde los núcleos familiares, grupos pares o instancias sociales, y muchas veces, ante la falta de palabra y la sensación de incomprensión, se llega a actos como el cutting, uso inapropiado de redes sociales, bullying, conductas sexuales riesgosas, desórdenes alimenticios, uso y abuso de sustancias psicoactivas, suicidio, etc.

 

Frente a esta realidad, la Terapia con Adolescentes funciona como un espacio seguro para la exploración de las posibilidades de ser y estar en el mundo, es un proceso de acompañamiento en la invención de nuevas formas de afrontamiento. Una posibilidad de hacer surgir la palabra en medio de tantos actos que gritan una escucha.

 

En medio de la búsqueda del adolescente, los padres, madres o cuidadores pueden angustiarse ante lo desconocido y sentir que los y las menores se alejan. No obstante, la terapia apuesta por la formación de alianzas de trabajo que también permitan dar contención, orientación y acompañamiento a las familias e instituciones educativas.